La actitud digna de una periodista

La actitud digna de una periodista

miércoles, diciembre 14, 2011 Add Comment

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Acogemos y apoyamos la actitud de la periodista Cecilia Orozco, columnista de El Espectador y directora de Noticias UNO. Para ello reproducimos la nota Otra baja en El País de Cali, de la Revista Digital Kien&ke.

Otra baja en El País de Cali

La periodista Cecilia Orozco, al igual que Ramiro Bejarano, llevaba cuatro años como columnista de El País de Cali. Con la misma agudeza de sus escritos, Orozco envió una dura carta a la gerente-directora del periódico, María Elvira Domínguez, en la que cuestiona su decisión de retirar al abogado Ramiro Bejarano de las páginas editoriales del periódico y, de paso, renuncia a su columna semanal. La columnista envió copia de la carta de su retiro irrevocable a la Fundación por la Libertad de Prensa y al Premio Nacional de periodismo Simón Bolívar. Crece la polémica. Esta es la carta de renuncia de Cecilia Orozco:

Doctora

María Elvira Domínguez Lloreda

Directora y Gerente General

El País

Cali, Valle

E.S.D.

Respetada María Elvira:

Muy a mi pesar, por los vínculos afectivos y profesionales que me han ligado con el diario que usted lidera, presento renuncia irrevocable de la columna semanal que las directivas del periódico me ofrecieron hace más de 4 años. Además retiro mi aceptación a su amable invitación para ser uno de los jurados del premio de periodismo que entrega anualmente El País a sus mejores reporteros.

En una sociedad democrática nadie, por notable que sea, puede imputarle la comisión de hechos delictivos a otra persona sin pruebas, recogiendo solo las malquerencias obsesivas de terceros, y después pretender que no se le responda exigiéndole responsabilidad sobre su comportamiento, amén de las posibles denuncias que se le podrían interponer ante la justicia.

En el caso al que me refiero, el doctor Alfredo Carvajal Sinisterra formuló graves afirmaciones, el 23 de noviembre recién pasado, sobre la conducta del columnista Ramiro Bejarano Guzmán. Para hacerlo, consultó su cercanía emocional y política con un copartidario suyo pero no la realidad jurídica. Arriesgó, de esta forma, la seriedad de criterio que se espera de su condición de conductor social del entorno vallecaucano. El 30 de ese mes, en ejercicio de su derecho de réplica, el doctor Bejarano contestó las aseveraciones del doctor Carvajal, con la vehemencia que se le conoce desde antes de que El País le ofreciera ser su comentarista, y luego de que el director de opinión se negara a publicarle sus alegatos en una carta que le envió al diario.

El doctor Bejarano rechazó las acusaciones que el iniciador de la disputa acogió sin exhibir, repito, documento alguno que apoyara su tesis. En cambio, el abogado agredido recordó la existencia de una "actuación judicial" que demuestra lo contrario de lo que sostiene el doctor Carvajal. El 2 de diciembre, el director de información de su periódico, periodista Diego Martínez Lloreda, se solidarizó con el doctor Carvajal con el argumento baladí de que "es una de las personas más apreciadas en Cali". Omitió mencionar, no obstante, quién fue el agresor que generó el conflicto.

En una actitud inaceptable en alguien que ejerce periodismo, Martínez Lloreda ignoró el hecho probatorio al que aludió el doctor Bejarano y repitió las injurias del doctor Carvajal, de nuevo sin pruebas. El 7 de diciembre Bejarano replicó al director de información de El País. Y ese mismo día, en horas de la noche, usted le anunció al primero, su orden de terminar sus colaboraciones con el diario pero desviando la atención hacia la discusión entre Bejarano y Martínez con un razonamiento – y perdóneme la expresión – sinceramente traído de los cabellos. Súmele a este relato el significativo pronunciamiento editorial de la señora madre de uno de los principales accionistas del periódico contra el columnista Bejarano, ella sí, en apoyo directo a Alfredo Carvajal.

Con antelación a que Martínez Lloreda revelara su posición en el caso, que ha debido ser de garante de una imparcialidad absoluta dado su cargo de director de información, había empezado a filtrarse en los círculos sociales caleños que el doctor Carvajal domina, un mensaje con firmas de prestantes apellidos en que se le exigía a El País hacer lo que a juzgar por los sucesos, deseaba el propio periódico: acabar la columna de Bejarano. Así me lo revelaron habitantes de Cali igualmente notables, pero poseedores de un espíritu más apegado a la ley y a la Constitución que establecen que la respuesta a un ataque mediático debe publicarse en condiciones de equidad y sin retaliaciones, cuando se afecta la honra, el buen nombre y la libertad de opinión de los ciudadanos, sin prevalencia de unos sobre otros.

Seguramente por los medios por los que esta periodista se enteró de la trinca que se estaba armando contra Bejarano, también lo supo el incisivo comentarista William Calderón, autor de la sección La Barca de Calderón de otro diario. En efecto, él escribió antes de que se hiciera pública su decisión de cerrarle el espacio a una de las plumas más agudas de Colombia, lo siguiente: "La Barca ha podido establecer que en los altos círculos del diario El País, de Cali, se está cocinando la salida del columnista Ramiro Bejarano Guzmán. Fuentes le contaron al barquero que la cúpula del matutino caleño está recibiendo toda clase de presiones, exigiéndole despedir de la plantilla de colaboradores al columnista bugueño".

Doctora María Elvira: usted sabe que pese a mis ocupaciones y escaso tiempo disponible, siempre quise permanecer vinculada a El País porque admiraba la mente abierta de sus directores. Sinceramente creí que ustedes poseían ese carácter porque mis comentarios fueron soportados sin objeciones, salvo en dos o tres ocasiones en que recibí sugerencias que no compartí, de su director de opinión en el sentido de modificar algunos aspectos de mis columnas (uno de ellos, por cierto, respecto del propio doctor Carvajal). Sin embargo, al censurar en sus páginas al doctor Bejarano mediante una estrategia que compromete a la cúpula del diario en el ocultamiento de los verdaderos motivos, me demostraron que estaba equivocada. Nada me garantiza que en el futuro no se proceda conmigo de similar manera. Por tanto, cancelo motu proprio mis compromisos con ustedes.

Lamento que nuestra relación profesional que supuse sólida, haya concluido tan coja. Los columnistas que no compartimos las ideas más conservadoras de la cerrada sociedad caleña, perdemos una tribuna importante para expresarnos. Los lectores que nos seguían, aunque fuera para vilipendiarnos como lo hacían irónicamente sin ninguna cortapisa, dejarán de gozar ese placer. Pero El País ha sufrido la mayor derrota: la de la entrega sumisa de su independencia y autonomía.

De usted, comedidamente,

Cecilia Orozco Tascón

Columnista

          

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Eduardo T. Gómez C.
Dr.Jekyll

Agencia Latinoamericana de Información y Prensa - ALDIP

¡Indignante! El Papa Benedicto dice que la violación de niños no es tan malo, era normal en su época

¡Indignante! El Papa Benedicto dice que la violación de niños no es tan malo, era normal en su época

lunes, diciembre 05, 2011 1 Comment
Belfast Telegraph
jue, 23 dic 2010 06:03 CST

Víctimas de abusos sexuales del clero han reaccionado con furia a la declaración del papa Benedicto XVI ayer diciendo que la pedofilia no estaba considerada un "mal absoluto" hasta tan recientemente como 1970. 

En su discurso navideño tradicional ayer a los cardinales y oficiales que trabajan en Roma, el papa Benedicto XVI alegó que la pornografía infantil estaba aumentando su consideración de "normal" por la sociedad. 

"En los 70, la pedofilia se entendía como algo completamente en conformidad con el hombre e incluso con los niños", dijo el papa. 

"Se mantenía, incluso dentro del ámbito de la teología católica, que no hay tal cosa como el mal en sí mismo o el bien en sí mismo. Hay sólo un "mejor que" o un "peor que". Nada es malo o bueno en sí mismo. 

El papa dijo que las revelaciones del abuso en 2010 alcanzaron una "dimensión inimaginable" que ha traído consigo "humillación" a la Iglesia. 

Preguntándose cómo el abuso se extendió dentro de la Iglesia, el pontífice hizo un llamamiento a los clérigos para "reparar tanto como sea posible las injusticias que han ocurrido" y ayudar a las víctimas a curar por medio de una mejor presentación del mensaje cristiano. 

"No podemos quedar silentes en el contexto de los tiempos en que estos eventos han venido a la luz", dijo, citando el crecimiento de la pornografía infantil "que parece, de alguna manera, ser considerada más y más normal por la sociedad", dijo. 

Pero una víctima indignada ante estas declaraciones, Andrew Maddren de Dublin, insistió en que el abuso infantil no estaba considerado normal en la compañía en el que él estaba. 

El Sr. Madden acusa al papa de no saber que la pornografía infantil trata de imágenes de niños siendo abusados sexualmente y debería ser nombrado de ese modo. 

Madden dijo; "Esto no es normal. No sé en qué compañía ha estado el papa en los últimos 50 años". 

El papa Benedicto también dijo que el turismo sexual en el Tercer Mundo estaba "amenazando a una generación entera". 

Víctimas de abuso muy enfadadas la pasada noche dijeron que cuando los representantes oficiales de la Iglesia habían culpado al liberalismo de los años 60 por los escándalos sexuales de abusos en la Iglesia y de catástrofes de encubrimiento, el papa Benedicto XVI sale ahora con una nueva teoría culpando a los años 70. 

"Los católicos deberían estar avergonzados de escuchar a su papa hablar una y otra vez sobre los abusos mientras hace poco o nada para frenarlos y desenmascar esta crisis horrenda", dijo Barbara Blaine, cabeza de SNAP, Red de Supervivientes de Abusados por Sacerdotes. 

"Es fundamentalmente perturbador observar a un hombre brillante ofrecer un diagnóstico tan conveniente para la Iglesia a una escándalo tan horroroso" dijo. 

"El papa insiste en hablar acerca de un vago "contexto más amplio" que, supuestamente, él no puede controlar, mientras ignora el claro "amplio contexto" en el que él sí tiene influencia: esto es, la cultura insana y que perdura de una jerarquía eclesiástica de sólo hombres, rígida, secreta y obsesionada con la auto-preservación a toda costa. Este es el 'contexto' que importa. 

La última controversia llega cuando la revista alemana Der Spiegel continúa investigando el papel del papa al permitir a un ya conocido sacerdote pedófilo trabajar con niños a comienzos de los años 80.
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Eduardo T. Gómez C.
Dr.Jekyll

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