Noticias

Farándula

Ciudad y Territorio

Medio Ambiente

Agricultura

Economía

Debate

Actualidad Internacional

Entrevistas

Videos

Laboral

Artículos Recientes

Se destraba el proyecto de Regiotram de Occidente con decreto del MinAmbiente

viernes, abril 26, 2024 Add Comment

 El decreto permite archivar los trámites ambientales que se encuentren en curso y que estén relacionados con mejorar el corredor férreo


MARIA FERNANDA CARMONA GUZMAN


Susana Muhamad, ministra de Ambiente

Foto:Colprensa


El Gobernador de Cundinamarca acaba de confirmar que el Ministerio de Ambiente firmó un decreto que levanta los permisos ambientales para seguir adelante con la construcción del Regiotram del Norte y del Occidente.

Con el Decreto 0510 de 2024, los Ministerios de Ambiente y Transporte, realizan modificaciones al Decreto 1076 de 2015, para excluir del trámite de licencias ambientales a proyectos férreos urbanos impulsados con electricidad o con otro medio de bajas emisiones de gases de efecto invernadero.

La expedición de este decreto permite archivar los trámites ambientales que se encuentren en curso y que estén relacionados con el mejoramiento en el corredor férreo. La Autoridad Nacional de Licencias Ambientales deberá expedir un pronunciamiento específico sobre el trámite en curso.

Los pactos previos se anunciaron luego de una reunión entre el presidente Gustavo Petro; el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán y el ministro de Transporte, William Camargo.

En concreto, el Gobierno anunció la inversión de $210.000 millones para la profundización de ductos de combustible para aeronaves, que se encuentran entre Puente Aranda y el aeropuerto El Dorado, en la zona de Fontibón.

“Ayudaremos a Bogotá y Cundinamarca para lograr que se pueda construir el tram de occidente con 200.000 millones de pesos”, comentó el presidente Gustavo Petro en su cuenta oficial X"

Según dijo el gobernador de Cundinamarca, Jorge Emilio Rey, para el mes de marzo se conocería el borrador del decreto para eliminar el proceso de licencia ambiental, con lo cual, en menos de un mes se estaría "agilizando" los trámites del transporte férreo,.

"Esto servirá para que Regiotram de occidente, el futuro Regiotram del norte y todos los sistemas férreos del país no requieran licenciamiento ambiental. Esa es una gran noticia", aseguró el gobernador.

“Acordamos un mecanismo de seguimiento y, lo más importante, destrabar estos temas técnicos y ambientales que tiene al proyecto en una suspensión, en este momento, a pesar que ya tiene ‘pista liberada’ en la longitud del proyecto -41 kilómetros-, es decir, ya tiene el 70% - 75% de pista disponible”, agregó Rey.

Además, el funcionario hizo enfasis en la importancia de este megaproyecto, que va en sintonía con la descarbonización y la disminución del uso de combustibles fósiles. “Año tras año va a reducir más de 40 millones de toneladas de dióxido de carbono del ambiente, y por eso ha logrado, en conjunto con los operadores de servicios públicos (...) y bajo la tutela técnica del Ministerio de Transporte, encontrar una solución técnica que nos permita liberar el corredor férreo de la presión del jetducto en cuatro kilómetros que a hoy se convertía en el punto más crítico de la hoja de ruta para que el proyecto se destrabe en su etapa de construcción”.

Por su parte, el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, señaló : “Acordamos destrabar la situación de dos ductos que presentaban dificultades con el trazado del Regiotram de Occidente: un proyecto muy importante para Bogotá-Región".

Por otro lado, Camargo dijo que esto “nos libera algunas preocupaciones sobre licenciamiento ambiental, que hace parte, justamente, de la conversación que hemos venido construyendo con la Gobernación, con Bogotá y con región, para garantizar una mayor eficiencia en la habilitación de estas intervenciones de los componentes férreos”.

Ahora bien, la inversión mencionada anteriormente, se realizará de la mano de dos compañías en el país Ecopetrol y Cenit la cual es una compañía filial de Grupo Ecopetrol, dedicada al transporte y la logística de hidrocarburos, con el objetivo de “garantizar que la intervención se pueda cubrir con parte de las utilidades que, en el componente de producción de petróleo, recibe la nación y que buscan más que se genere un subsidio entre los usuarios de transporte público y RegioTram”.





Luz Adriana Camargo es la nueva fiscal general

martes, marzo 12, 2024 Add Comment

La Corte Suprema de Justicia eligió a Luz Adriana Camargo como la nueva jefa de la Fiscalía General de la Nación. La elección ocurrió este martes 12 de marzo, luego de que renunciara Amelia Pérez a la terna que presentó el presidente Gustavo Petro en agosto pasado.

12 de marzo de 2024 - 10:55 a. m.



La Sala Plena de la Corte Suprema de Justicia finalmente eligió a la nueva fiscal general, quien reemplazará a Francisco Barbosa como líder del ente investigador. Luz Adriana Camargo fue elegida por los magistrados del alto tribunal, quienes —por primera vez en la historia— tuvieron que elegir dentro de una terna conformada completamente por mujeres.

Luz Adriana Camargo obtuvo 18 votos para hacerse con el cargo de fiscal general. Las votaciones arrancaron en diciembre del año pasado y este martes 12 de octubre, en una sala extraordinaria, la Sala Plena votó y eligió a esta penalista. La noticia se conoció en medio de la incertidumbre, pues solo horas antes de la votación, la candidata Amelia Pérez renunció a la terna.

Para la Corte, esa decisión de Pérez no representaba ninguna “interferencia o parálisis” al proceso de elección, pues para el momento de la elección todavía estaba en firme la terna presentada por el presidente Gustavo Petro en agosto del año pasado. En consecuencia, la Sala Plena votó y las cuentas quedaron así: la nueva fiscal obtuvo 18 votos; Ángela María Buitrago dos; y Amelia Pérez uno; mientras que el voto en blanco quedó en solo dos.

Desde ya se escuchan las voces en contra de la elección de la Corte Suprema. ¿La razón? Como Amelia Pérez renunció minutos antes de que comenzara la votación de este martes, no es claro si el alto tribunal eligió de un dúo de candidatas o de la terna que presentó el presidente Petro en agosto del año pasado. El lío radica en que, según el artículo 249 de la Constitución Política, es un requisito para elegir fiscal que la Suprema lo haga desde una terna. No de una lista de dos ni de más de tres.

Según el presidente de la Corte, el magistrado Gerson Chaverra, el alto tribunal está seguro que tomó una decisión que no va en contra de la Constitución ni de las reglas que debe seguir para este tipo de elección de altísimo nivel. “Cuando se adoptan decisiones como jueces, como el máximo tribunal de la jurisdicción ordinaria, en el ejercicio de la función electoral, lo hacemos con plena consciencia de que es una decisión absolutamente ajustada al derecho”, explicó el presidente de la Corte.

Gerson Chaverra agregó: “Luz Adriana Camargo nos muestra que es una persona que durante ocho años se desempeñó como magistrada auxiliar de la Corte Suprema de Justicia, en cuyo desempeño tuvo la oportunidad de trabajar lo relacionado con el recurso extraordinario de casación. También integró la comisión encargada de la investigación de la parapolítica y la comisión de investigación de procesos contra aforados constitucionales por delitos contra la administración de justicia. También se valoró la experiencia que tiene como fiscal, por más de ocho años”.

¿Quién es Luz Adriana Camargo, la nueva Fiscal General de la Nación?

Luz Adriana Camargo es abogada de la Universidad de la Sabana y cercana al ministro de Defensa, Iván Velázquez. Trabajaron juntos cuando él hacía parte de la Corte Suprema de Justicia. También fue magistrada auxiliar de la Sala de Casación Penal del alto tribunal.

Camargo hizo parte, junto al ahora ministro de Defensa, de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), de la cual él era el director y ella la jefa de investigación y litigio. En ese país, ambos adelantaron investigaciones contra funcionarios públicos que tenían que ver con casos de corrupción. Una de ellas tuvo que ver con el entramado de Odebrecht en Guatemala.

En Colombia, Camargo es reconocida por su trabajo como magistrada auxiliar de la Corte Suprema, donde investigó los vínculos entre distintos políticos con grupos paramilitares, en lo que se conoció como la parapolítica. Asimismo, participó de la investigación por corrupción que reveló la llamada Yidispolítica, en la que se condenó a algunos políticos como los exministros Diego Palacio y Sabas Pretelt por entregar coimas a la entonces congresista Yidis Medina y a Teodolindo Avendaño a cambio de votos en el Congreso para aprobar la reelección de Álvaro Uribe Vélez.

Durante su presentación ante la Sala Plena de la Corte el pasado 20 de noviembre, Camargo propuso fortalecer las rutas de atención de las víctimas, mejoras en la participación de los fiscales en el juicio, priorizar casos con enfoque territorial (fenómenos criminales que afectan a los lugares más afectados). Sobre este último punto, señaló que hay que fortalecer las seccionales de la Fiscalía General en las regiones para evitar que estos grupos de crimen multimodal avancen.

Para Camargo es clave centralizar información para poder cruzar datos y avanzar en investigaciones, a través de modelos de inteligencia artificial. “Es importante perfeccionar colaboraciones con otras agencias como ciberdelitos, ciberseguridad, análisis de ADN, que tienen agencias y gobiernos como el británico, chino, entre otros”, aseguró en ese entonces.

 El Espectador.

Escándalos, filtraciones y juegos de poder: la turbulenta relación de la DEA con México y López Obrador

lunes, febrero 26, 2024 Add Comment

Una nueva publicación sobre supuestos vínculos entre el narco y el círculo cercano del presidente vuelve a tensar la relación bilateral y, según los expertos, muestra una estrategia de ataque de la agencia antidrogas estadounidense contra el mandatario.



                                                                             Foto del Gobierno de Mexico 

     EL PAIS
El PERIODICO GLOBAL

“¿Con qué derecho investigan a un gobierno, legal, legítimamente constituido de un país independiente? ¿Hay acaso un gobierno del mundo? ¿Qué, no cada país es independiente y soberano?”. Esos fueron sólo algunos de los señalamientos que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, lanzó a la Casa Blanca en su conferencia mañanera del pasado jueves. Para ese punto, el mandatario ya había dedicado más de una hora a destripar una solicitud de comentarios enviada por The New York Times, que indagaba sobre supuestos aportes del narco a su campaña de 2018. La fuente principal del reportaje era una investigación de la DEA (la agencia antinarcóticos de EE UU) que nunca llegó a convertirse en una acusación formal y las declaraciones de al menos tres informantes, que aseguraron que entregaron millones de dólares a miembros del círculo íntimo y a los hijos de López Obrador. “Antes los presidentes eran como empleados de gobiernos extranjeros, obedientes, afanositos, sumisos y se malacostumbraron a no respetar nuestra independencia, nuestra soberanía”, proclamó el mandatario..

“Al final, la investigación fue cerrada luego de que las autoridades estadounidenses reconocieron que podría provocar un conflicto diplomático con México. En gran parte, la decisión se tomó tras la reacción del Gobierno mexicano cuando Estados Unidos arrestó al general Salvador Cienfuegos en 2020″, se lee en el cuestionario que envió el diario estadounidense y que López Obrador reveló antes de que saliera la publicación. “O sea, nos tuvieron miedo, porque a México se le respeta. Todo eso es falso, completamente falso”, reprochó el presidente, visiblemente molesto. Se trataba de, al menos, la quinta publicación periodística en dos meses sobre vínculos del crimen organizado con sus colaboradores más cercanos.

A la sombra del escándalo mediático y de la polémica reacción del presidente, que detonó en una investigación de oficio por exponer los datos personales de la corresponsal del diario estadounidense en México, el episodio fue el último eslabón de una larga cadena de fricciones y desencuentros entre el Gobierno mexicano y las agencias de Estados Unidos que operan en México, en general, y la DEA, en particular. “La DEA es un dolor de cabeza en México. No es nuevo, viene de hace tiempo”, declaró el mismo jueves Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores durante los primeros cinco años de la Administración de López Obrador. El excanciller no dudó en calificar la última ola de filtraciones como “una venganza de la DEA” por las restricciones que se les han impuesto en el país latinoamericano y afirmó que “el objetivo es poner en entredicho la autoridad política del presidente de México”.

El diagnóstico de cuatro especialistas consultados por EL PAÍS no difiere, en líneas generales, de lo planteado por Ebrard. “Es un mensaje directo de la DEA a López Obrador”, afirma el analista político Leonardo Curzio. “Le están diciendo ‘a usted también lo queremos empapelar, sigue siendo usted un presidente muy poderoso y ahora no podemos, pero ahí le van los reportajes para recordar que usted es mortal, que dejará de ser presidente y que se cobrarán facturas”, zanja el académico del Centro de Investigaciones sobre América del Norte de la UNAM.

La historia de turbulencias entre López Obrador y la DEA pasa, de forma ineludible, por el caso Cienfuegos. Apenas minutos antes de que el secretario de Defensa de Enrique Peña Nieto fuera detenido en el aeropuerto de Los Ángeles, el entonces embajador de EE UU, Christopher Landau, se puso en contacto con Ebrard para notificarle que el arresto era cuestión de tiempo y que había un caso por narcotráfico contra el general “a partir de acusaciones de la DEA”. Así lo narra el presidente en su libro A la mitad del camino y lo corrobora un exfuncionario de Relaciones Exteriores. “Independientemente del fondo, no acepté de entrada el modo como nos lo informaron”, escribió López Obrador. “Le pedí al secretario de Relaciones Exteriores que transmitiera al más alto nivel, incluido el secretario de Estado y al procurador de ese país, mi molestia, como representante del Estado mexicano, por el trato recibido”.

“La primera reacción de Ebrard fue decir: ‘esperamos que tengan un caso, que tengan pruebas, porque si no va a haber problemas para la relación bilateral”, relata el exfuncionario, que habla a condición de que no se revele su nombre. El arresto fue el jueves 15 de octubre de 2020, dos semanas antes de las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Un día después, sin embargo, López Obrador dio crédito a las acusaciones contra Cienfuegos. “Esto es una muestra inequívoca de la descomposición del régimen, de cómo se fue degradando la función pública en el país durante el periodo neoliberal”, comentó.

Tras bambalinas, México pidió a EE UU revisar el expediente judicial y un equipo de la Cancillería se avocó durante ese fin de semana a revisar si, en efecto, “había un caso” contra el general. “Tres días después [Ebrard] me buscó para presentarme sus notas; las leí, le hice varias preguntas y llegué a la conclusión de que no existían pruebas de nada y que habían fabricado la acusación”, escribió el presidente, que a partir de ese momento cambió su discurso.

El viernes comparaba a Cienfuegos con Genaro García Luna, secretario de Seguridad Pública de Felipe Calderón y entonces detenido por narcotráfico en EE UU. El lunes pedía mesura: “No debe culparse a todas las Fuerzas Armadas y tenemos que cuidar a una institución tan importante como la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena)”. Para noviembre, Cienfuegos fue repatriado a México y en enero fue exonerado de los delitos que se le imputaban en Estados Unidos. El entonces fiscal general, William Barr, confesó en sus memorias que “el caso Cienfuegos no valía la pena como para echar por tierra cualquier perspectiva de una cooperación más amplia con los mexicanos”.

“De alguna forma, le hacen ver las implicaciones que esto tiene para el Ejército mexicano y para la continuidad de su propia política de seguridad, y recula”, comenta Curzio. Un año antes del arresto se había creado la Guardia Nacional, encomendada a la Sedena como la principal apuesta de este Gobierno en materia de Seguridad Pública. “Lo de Cienfuegos fue un madrazo”, cuenta el exfuncionario de Exteriores. “A partir de ese momento, la DEA se convirtió en un estorbo para la relación bilateral y se redujeron los espacios de cooperación”, agrega. En enero de 2021, entró en vigor una reforma a la Ley de Seguridad Nacional para regular las actividades de “agentes extranjeros” en México, obligarlos a entregar informes periódicos y someterlos a sanciones por “infringir las disposiciones legales que les prohíben ejercer funciones reservadas a las autoridades mexicanas”. El mensaje a la DEA se completó con el cierre en abril de una unidad de inteligencia de la agencia en Ciudad de México que funcionaba desde los años noventa.

“Para decirlo coloquialmente, les supo a cuerno quemado, es decir, del carajo”, zanja Curzio. Para el especialista, el timing del escándalo de Cienfuegos no fue una casualidad, a semanas de que los estadounidenses fueran a las urnas. “La DEA necesita un relato propio que le dé espacio político y presupuestal para justificar ante el Gobierno, el Congreso y la opinión pública de Estados Unidos por qué la lucha contra las drogas no ha mejorado”, agrega.

“El patrón de la DEA es que siempre se ha ido por la libre. Tenemos cuatro décadas en que arremete un día sí y el otro también contra el presidente de México. Nunca ha cambiado”, comenta Rafael Fernández de Castro, director del Centro de Estudios México – Estados Unidos de la Universidad de California en San Diego. La agencia llegó a México a mediados de los setenta, pero el punto de quiebre en su relación con las autoridades mexicanas fue en 1985 con la tortura y el asesinato del agente Enrique Kiki Camarena a manos del narco en Guadalajara. “A partir de ese momento, la DEA se va al monte, como las cabras y adopta una agenda casi feudal y personal con México, sin que estuviera necesariamente anclada en el resto de las prioridades de la política exterior de Estados Unidos”, señala Arturo Sarukhán, embajador de México en Estados Unidos durante el Gobierno de Calderón.

Sarukhán, sin embargo, considera que “López Obrador es el autor de su propio encontronazo con la DEA” al fulminar la Iniciativa Mérida, un acuerdo bilateral de cooperación en Seguridad firmado en esa Administración. “Lo que el presidente nunca entendió es que la Iniciativa Mérida no iba de financiamiento ni de intercambio de equipo o armamento, era una camisa de fuerza para las agencias estadounidenses”, comenta.

Desde su perspectiva, lo que hacía ese mecanismo era establecer un camino institucional para la colaboración entre ambos Gobiernos, ante la pléyade de intereses que marcan la relación bilateral: los de la DEA, los de la CIA, los del Pentágono, los del Departamento de Estado, los de la Embajada y los de sus propios homólogos mexicanos. México y Estados Unidos no son entes monolíticos, hay filias y fobias, hay desconfianza en instancias clave y hay cotos no resueltos que sirven como palancas de negociación y presión, coinciden los especialistas. Sarukhán advierte de que ahora ha vuelto “el desorden”. Fue así con Cienfuegos y fue así en esta última ola de filtraciones. “Son muestras de que la relación en Seguridad no está fluyendo y de que está reventada”, afirma el exembajador. “La cooperación es la que genera la confianza, no al revés”, agrega.

Paradójicamente, es esa complejidad que rodea a la relación bilateral la que la ha salvado, en buena parte. Explica también que López Obrador pueda desacreditar a la DEA en público o chocar con el secretario de Estado, Antony Blinken, y al mismo tiempo defender la buena relación que tiene con el Gobierno de Joe Biden. La otra parte tiene que ver con el contexto político de Estados Unidos. “La crisis migratoria ha sido una especie de criptonita para Biden”, señala Fernández de Castro. Mientras los demócratas tienen que explicar los entresijos de la crisis, los republicanos pueden simplificar el mensaje y convertirlo en un arma política. “La narrativa política de los republicanos ha sido impecable, su mensaje a los votantes conservadores es ‘nos están invadiendo”, agrega.

Sarukhán afirma que la línea del presidente de EE UU a las agencias gubernamentales respecto de México, un aliado clave en la contención de la inmigración, es clara: “No me encabronen a AMLO”. Fernández de Castro reafirma la idea: “Por eso, López Obrador se siente muy seguro de su relación con Biden”.

Pese a la salida de Donald Trump y a las profundas diferencias con su sucesor, hay dos prioridades de Estados Unidos que se han mantenido: migración y combate al tráfico de fentanilo. La apuesta de Biden por priorizar el control de fronteras afecta a quienes trabajan en la llamada guerra contra las drogas, la DEA, que ve en México un territorio crucial para sus operaciones. En febrero del año pasado, Anne Milgram, su directora, afirmó en el Congreso que es necesario que el Gobierno mexicano “haga más”. En julio, declaró que en territorio mexicano se produce fentanilo “en masa”. Y durante meses ha insistido en que las dos principales fuentes del fentanilo que mata a decenas de miles de personas cada año en ese país son el Cartel de Sinaloa y el Cartel Jalisco Nueva Generación. La Administración de López Obrador, que interpreta los señalamientos como presiones diplomáticas, se va al otro extremo e insiste en que en “México no se produce fentanilo”.

El estancamiento en Seguridad viene de años y fue patente durante el Gobierno de Peña Nieto, en el que las extradiciones de capos cayeron a mínimos. Fernández de Castro, asesor de Calderón para Estados Unidos, reconoce que no hubo tantos desacuerdos con las agencias de seguridad de Estados Unidos durante esa Administración porque la idea de que había que ir contra los líderes de las organizaciones criminales era una realidad aceptada en ambos lados de la frontera. Pero la idea de que Gobierno de México no controla de facto amplias partes de su territorio y de que hay infiltraciones del crimen organizado en los diferentes órdenes gubernamentales, aunque ha probado ser cierta, también ha sido instrumental para los reclamos estadounidenses, sobre todo en época de elecciones en EE UU. “Para ellos es absolutamente irrelevante si gobierna el PAN, el PRI o Morena, lo único que les importa es conseguir sus objetivos institucionales, que van más allá de los intereses del Gobierno en turno”, comenta Curzio.

El último choque se produce en la semana cuando se cumple un año de que se declarara culpable a García Luna en Nueva York. Entonces, miembros de la oposición mexicana se quejaron de la ausencia de pruebas documentales durante el juicio, que se sostuvo principalmente del testimonio de informantes. López Obrador aún usa el caso como una bandera política para tundir a sus adversarios, aunque ahora los papeles se han invertido: la oposición lo llama “narcopresidente” y el Gobierno exige pruebas materiales.

Sin embargo, el propio asunto del exsecretario de Calderón amenaza con volverse indigesto para el presidente, al dar credibilidad a las acusaciones fincadas en Estados Unidos. El caso contra Cienfuegos no llegó a los tribunales por presiones políticas, reconocidas por el propio fiscal general estadounidense, misma razón por la que no continuaron las pesquisas contra su círculo cercano, según The New York Times. En los hechos, la DEA ha seguido la pista de las tres últimas Administraciones en México, pese a la incomodidad y a los problemas que eso ha causado a los Gobiernos de Estados Unidos. Es un reflejo también de lo costoso que ha sido para México el fracaso de su propio sistema de justicia para desahogar esos casos y de que se sancionen en otro país, donde las reglas son completamente distintas.

Los hechos recientes exponen que “el tono muscular de la agenda bilateral es enormemente preocupante”, así como las condiciones con las que tendrán que navegar los próximos presidentes de México y Estados Unidos a partir del próximo año, de acuerdo con Sarukhán. “Todos los caminos de la campaña republicana pasan por la frontera con México, ya sea migración o fentanilo, en la narrativa republicana ese es el verdadero reto de seguridad nacional, no es China, no es Rusia, no es lo que pasa en Medio Oriente”, asegura el exembajador.

“Todos los elementos para un relato musculoso y confrontador, bajo la idea de que ‘México necesita que lo metan en orden’ y de que hay un ‘narcogobierno’ están servidos, habrá que ver”, comenta Curzio sobre un posible regreso de Trump. México irá a las urnas el próximo 2 de junio y Estados Unidos, el 5 de noviembre. “De ninguna manera, no pueden afectar, si es que estamos obligados a mantener buenas relaciones con el Gobierno de Estados Unidos”, dijo López Obrador mientras leía el cuestionario del periódico estadounidense. La denuncia de su hijo sobre la filtración de su teléfono, apenas dos días después de que él hiciera lo mismo, da cuenta de que el escándalo mediático está lejos de ser superado. Sobre si la investigación afecta la confianza entre ambos Gobiernos, el presidente dijo: “Eso el corrido lo dirá”.






El “agarrón” entre López Obrador y The New York Times: ¿qué pasó?

viernes, febrero 23, 2024 Add Comment

Dos periodistas del medio estadounidense The New York Times llevaron a cabo una investigación sobre presuntos nexos entre López Obrador y el narcotráfico, basada en pesquisas previas por parte de Estados Unidos. Esto generó molestia en el gobierno mexicano. ¿Qué fue lo que pasó?

23 de febrero de 2024 - 03:04 p. m.



Foto del Gobierno
 de México

Una investigación del medio estadounidense The New York Times causó molestias en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. En dos días se desarrolló una línea de tiempo que incluye la publicación de la información personal de una periodista, una supuesta investigación de Estados Unidos al presidente de México por nexos con el narcotráfico y la apertura de un caso por parte del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales mexicano contra el mandatario. Aquí le contamos qué pasó.

La investigación de Estados Unidos a López Obrador

Alan Feuer y Natalie Kitroeff, periodistas de The New York Times (NYT)iniciaron una investigación sobre posibles relaciones entre narcotraficantes y personas cercanas al presidente mexicano, cuando este ya se había posesionado en el cargo. Funcionarios estadounidenses habían indagado testimonios de estas reuniones y también de pagos de millones de dólares. Los grupos involucrados eran el Cártel de Sinaloa y el Cártel de los Zetas, que también habrían hecho pagos a la campaña electoral del 2018 del presidente de México.

De acuerdo con las fuentes que hablaron con investigadores estadounidenses, tras la victoria presidencial de López Obrador, uno de los fundadores del Cártel de los Zetas pagó 4 millones de dólares a dos aliados del mandatario con la esperanza de salir de prisión. Incluso, se creía que los cárteles tenían videos que exhibían a los hijos del presidente mientras recibían dinero del crimen organizado.

El cuestionario revelado

Como parte de las pesquisas, enviaron un cuestionario a la Presidencia mexicana. En él, Kitroeff explicaba que pudieron acceder a documentos y entrevistas en las que un informante contó a investigadores estadounidenses que “uno de los confidentes más cercanos del presidente” se reunió con Ismael Zambada, uno de los líderes del Cartel de Sinaloa, antes de las elecciones de 2018.

Antes de que la pieza periodística fuera publicada, López Obrador expuso la carta de la corresponsal, en la que estaba su número telefónico. De acuerdo con el mandatario, el reportaje era una represalia por las críticas que hizo contra el medio neoyorquino en una entrevista difundida esta semana con la periodista rusa Inna Afinogenova de Canal Red, la plataforma en YouTube del exlíder de Podemos, el español Pablo Iglesias.

“Es una vergüenza, no cabe duda de que este tipo de periodismo está en franca decadencia. Es un pasquín inmundo el New York Times”, señaló en su conferencia matutina.

NYT calificó de “táctica preocupante e inaceptable” la difusión de los datos personales de la corresponsal. A través de redes sociales, señaló: “Esta es una táctica preocupante e inaceptable por parte de un líder mundial en un momento en que las amenazas contra los periodistas van en aumento”.

“Hemos publicado el artículo en cuestión y respaldamos nuestro trabajo de reportería y a los periodistas que van en pos de la información a donde 

La respuesta de Estados Unidos

Esta no es la primera pieza periodística publicada sobre posibles reuniones entre el narcotráfico y el mandatario mexicano. En enero, Tim Golden, de ProPublica, publicó que la Agencia Antidrogas estadounidense (DEA) indagó una supuesta “evidencia sustancial” de que el Cártel de Sinaloa aportó 2 millones de dólares a la campaña presidencial de López Obrador en 2006.

El presidente ha acusado a agentes de la DEA y el Departamento de Estado de Estados Unidos de estar detrás de estas notas, que reconocen que las investigaciones concluyeron sin demostrar los nexos y se basaron, en su mayoría, en testimonios no comprobados de los mismos narcotraficantes.

“Siguen con la misma política de hace más de 200 años, la de [la doctrina] Monroe, la de ‘América para los americanos’, cuando es el tiempo de cambiar en todo. Esto que estamos hablando del problema de las drogas, a ver, ¿por qué no se van al fondo?”, remarcó ahora.

En esa conferencia matutina, AMLO dijo que Estados Unidos “va a tener que informar” sobre las pesquisas que se llevaron a cabo. En la misma investigación del NYT, se explica que la administración estadounidense “nunca abrió una investigación formal a López Obrador y los funcionarios que estaban haciendo la indagación al final la archivaron”.

John Kirby, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional estadounidense, negó que hubiera una investigación en curso contra el presidente. En una rueda de prensa telefónica, aclaró que los dos países siguen colaborando, especialmente con la situación migratoria en la frontera compartida.

AMLO agradeció la respuesta de Estados Unidos y reiteró que esto no “va a afectar las relaciones” entre ambos países, que deben “tener una política de buena vecindad” porque son “los principales socios económicos y comerciales en el mundo”.

“Tenemos que actuar de manera responsable. Ah, ¿pero quedarnos callados? Nunca. Y que se entienda: México es un país independiente, libre, soberano, no somos colonia, no somos protectorado de ningún gobierno extranjero”, manifestó.

El mandatario atribuyó la investigación al hecho de que este 2024 ocurren elecciones presidenciales tanto en Estados Unidos como en México.

“Vienen las elecciones y tenemos que estar (alerta). ¡Qué casualidad de que ahora que hay elecciones aquí y que hay elecciones allá viene el premio Nobel del periodismo (Tim Golden, ganador del Pulitzer), dos veces premiado, a hacer un reportaje, y viene el New York Times! Ahora sí que ¿de parte de quién?”, declaró.

Una investigación en curso

El Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (Inai) abrió una investigación contra López Obrador por presuntamente violar la ley que impide exhibir información personal. A eso se suman las críticas de organizaciones como el Comité de Protección a Periodistas (CPJ), que coincidieron en el riesgo que esto representa en México, uno de los países con más asesinatos de comunicadores.

Este viernes, el presidente defendió haber divulgado el número de Kitroeff y advirtió que volvería a hacer algo así “cuando se trate de un asunto en donde está de por medio la dignidad del presidente de México. Por encima de la ley, está la autoridad moral y la autoridad política”.

“No exageren, si la compañera está preocupada porque se dio a conocer su teléfono, que cambie su teléfono, otro número, pero además es la representante de The New York Times”, expresó el mandatario en su conferencia matutina cuestionado por la reportera Jessica Zermeño, de Univision.

El gobernante mexicano acusó de hacer “periodismo faccioso” a medios internacionales como Univision, The New York Times, The Washington Post, Financial Times y The Wall Streel Journal.

Proceso de Paz